23 sept 2010

Llevenme




Llévenme otra vez. Se me olvidó lo difícil que era el papel de ser humano. Ya nadie mira a nadie. Repetí un millón de veces esa noche oscura donde nunca pude apreciar tu mirada, donde confundí el sol con la luna, donde mis lagrimas se confundían entre la lluvia y entre sollozos escuche en mis sueños tu voz. Que practica seria la vida si pudiéramos manejar el corazón, tomar un control para apagarlo y encenderlo cuantas veces te arda el pecho de tristeza y dolor. En esta noche tan gris, tan media tinta, mi mente no para de dar vueltas, mis sentidos necesitan de un doctor que los entienda y que le de curitas para el mal de dos. Lo que pasa es que lo que pensamos es menos de lo que sabemos y lo que sabemos es menos de lo que amamos, y entre esas cosas que menos sabes como yo, son las que menos puedes amar, porque es así no puedes amar lo que no conoces, no puedes querer o extrañar a quien no te importa ni un ápice. Porque a veces la vida parece injusta pero cuando la volteas hay una equidad para todos, porque llegue tarde, tal vez llegamos, lo cierto es que yo si llegue tarde para este capítulo final y sin mí por supuesto. Porque es lógico que la consciencia me diga que no es correcto, porque es ilógico que yo me sienta a pensar en que está bien esto que estoy haciendo. Porque nadie me dio un libreto para olvidarte y dejarte de amar. Porque nadie me dio la cura y no sé porque me dio esta enfermedad. Porque soy esclava de esta verdad que te llora a gritos desesperada, porque esta historia me comenzó a desgastar. Porque este amor no ofrece disculpas, por eso no te disculpo, mucho menos te perdono por haberme roto el corazón y pasar por un lado como si nada, no te disculpo mucho menos por ser así, y mucho menos por haber causado tanto efecto en mi. La gran culpable es mi corazón que no hace ni el mínimo esfuerzo por desterrarte ni un minuto hoy…

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